Por Carolina Henrichsen
La mujer vestida con la bandera estadounidense y botas hasta las rodillas, es la referencia que tenemos de la super heroína que existe en un universo plagado de brutalidad masculina. Desde su creación en 1941, hasta el presente, La Mujer Maravilla es el único personaje femenino que ha tomado protagonismo a la par de héroes tales como Batman y Superman en el microcosmo de DC Comics y Marvel. Pero ¿cuál es el primer adjetivo que surge al contemplar la figura de esta heroína?: SENSUAL. Lynda Carter, que apareció en 1975 en la serie homónima, hasta Gal Gadot, que protagoniza la película actualmente en cartelera, son dos heroínas que inundan con su belleza. Pero la imagen de la Mujer Maravilla no tan solo deviene en “sexy”, sino que representa un símbolo y un mensaje más relevante: el de la mujer que rompe las estructuras misóginas de la sociedad.
La primera aparición de “Wonder Woman” fue en Octubre de 1941 en la revista All Star Comics, que luego se transformaría en lo que hoy conocemos como DC Comics. La compañía estaba enfrentada con la controversia de estar difundiendo violencia entre los jóvenes, entonces decidieron sumar al equipo, en calidad de consultor educacional, a William Moulton Marston, reconocido psicólogo de la época. Marston propuso a DC crear un personaje que conquistara a los villanos con amor en vez de los puños y armas, elementos recurrentes hasta ese momento. Pero ¿de dónde sale la imagen de la mujer empoderada, libre y vencedora de la maldad? Marston no era un novato en la equidad de género. El inventor del polígrafo estaba casado con la abogada Elizabeth Holloway con la cual tenía dos hijos pero, en la misma casa que Holloway, convivía su amante Olive Byrne (sobrina de la feminista que instauró la primera clínica de anticoncepción en EEUU), mujer con la que tenía otros dos hijos. Las dos mujeres terminaron viviendo juntas después de la muerte de Marston, y al morirse Byrne Holloway, Olive recitó el poema de Tennyson “Crossing the Bar” supuestamente evidenciando que la muerte de Byrne había sido su propio llamado hacia el más allá. Otro aspecto relevante, es que cuando él estaba cursando su primer año en la Universidad de Harvard en 1911, fue a una charla impartida por la famosa feminista militante británica Emmeline Pankhurst. Marston, abiertamente en 1937 afirmó que “en sus próximos 100 años América vería el comienzo del matriarcado, una nación de amazonas en un sentido más sicológico que físico”. Él no proponía que el hombre y la mujer fueran iguales, sino más bien que la mujer era superior al hombre y que podía introducir a la sociedad prácticas más justas y pacíficas.
Los cómics de Wonder Woman, según su creador, iban a preparar a toda una generación de hombres y niños para el matriarcado que vendría. Marston proponía a una mujer que era tan fuerte como el famoso Superman: “En realidad, Wonder Woman es propaganda sicológica para el nuevo tipo de mujer quien, yo creo, tendría que gobernar el mundo”. Una mujer que no quiere matrimonio ni hijos para sentirse “completa”.Hay ideas feministas, sí, pero también muchos dirán que nos encontramos con un personaje femenino creado por un hombre desde sus fantasías y sueños. Yo les propongo esta idea: Batman. Traje ajustado. Poco espacio para la imaginación.
Volvamos: a la directora de “Wonder Woman” le preguntaron sobre el delineador perfecto que lleva puesto Gal Gadot en todas las escenas. Patty Jenkins responde: “Sería mucho más fácil si Batman fuese un flaquito cualquiera y escurridizo para poder meterse en lugares casi imposibles de infiltrar. Pero no. Batman es robusto y con 6% de grasa corporal. ¿Por qué?” Los héroes que proponen los cómics, no son los “héroes cotidianos”: las madres que duermen dos horas y se levantan para llevar a sus hijos al colegio. No son las mujeres que le hacen frente al mercado machista y tampoco son las Amy Schumers o las Lordes que tanto amamos. Marston aclara que el concepto gráfico de Wonder Woman se basa en una mujer que es fuerte, y a su misma vez es sexy. Es una manera de incentivar, sin disculpas, la asertividad femenina. (Asertividad: un modelo de relación interpersonal que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los demás)
Criticar “cuanta piel” muestra Wonder Woman es exactamente coartarle su libertad como personaje femenino. ¿Por qué asociar desde la ignorancia y el prejuicio el símbolo feminista a una mujer gorda con canas y vestida de monja? y ¿Por qué censurar el cuerpo es sinónimo de respeto? Entonces ¡SÍ! Wonder Woman muestra piel. ¡Sí! tiene curvas. ¡Sí! ¡Sí! y ¡Sí!. Lauretta Bender, parte del equipo editorial de DC Comics y también sicóloga, dijo en su momento que Marston estaba trayendo a colación la verdadera problemática existente en la sociedad: la diferencia entre los género NO ES un problema de GÉNERO, ni de complejos de superioridad, sino que es un problema entre la relación que un género tiene con el otro. En efecto, ante la publicación del cómic de Wonder Woman la denominaron muy lasciva para los jóvenes y empezaron a llegar cartas de hombres fetichistas con preguntas de toda índole (ya se pueden imaginar ¿no?). Marston tan solo contestó: “no puede haber un personaje femenino en la ficción sin tocar las tendencias eróticas de ALGÚN hombre en ALGÚN lugar, y eso me parece bien”.
Por mostrar piel, el CCA (Comics Code Authority) la condenó por ser «excesivamente sexual», y en parte por la competencia que le hacia a Marvel, Wonder Woman entró en una etapa de estricta conformidad al estereotipo de género y vacuidad valórica. Después, con la muerte de Marston en 1947, lamentablemente Wonder Woman fue efectivamente distorsionada e interpretada tan solo superficialmente. Lynda Carter en 1975, es efectivamente una Wonder Woman suave y “blanda”. Como explica Gloria Steinem, la heroína fue convertida en un personaje sin poder y obsesionada con su status romántico. Wonder Woman fue reformulada para representar el statu quo de la damisela en apuros. Por eso Steinem se rebeló y publicó su primera revista de Ms. en 1972 con Wonder Woman en la portada postulándose a la presidencia, ya que para la activista el personaje simbolizaba “muchos de los valores de la cultura femenina que las feministas están tratando de introducir a la corriente popular ahora: fortaleza y autosuficiencia; hermandad y apoyo mutuo entre mujeres; paz y respeto por la vida humana; la disminución de la agresión “masculina” y la idea de que la violencia es la única opción en la resolución de conflictos”. La feminista entonces, vuelve a querer instaurar el arquetipo femenino que Marston soñó en su momento: la heroína que rompía las cadenas. La imagen espejo de las sufragistas que rompían sus cadenas de esclavitud y silencio; las mismas cadenas con las que aparece atada Wonder Woman. Estas no son un fetichismo o una imagen de servidumbre; son una referencia a la iconografía potente de las sufragistas por las cuales Marston militaba.
Finalmente para pensar sobre la más reciente interpretación de “Wonder Woman”, al imponerle la responsabilidad de “símbolo feminista” al personaje ¿No se ha perdido su humanidad? Al fin y al cabo, Wonder Woman es un personaje con fetiches y debilidades. Como todos sabemos, siempre hay un nivel de contradicción e hipocresía entre nuestro pensar, hablar y actuar. ¿Es necesario indagar acerca de Wonder Woman el icono, o Diana Prince, la mujer?
Saquemos las capas de maquillaje y los efectos especiales y miremos, porque sigue la misma motivación: una mujer que le muestra a una generación de niñas que está bien tener confianza, poder y fuerza, pero también ponerse falda y tacones altos o converse, jeans y chaqueta. Es una invitación a ser las primeras en dejar de juzgar las apariencias de nuestras compañeras, amigas, hijas, madres y hermanas. ¿No son esas lo que inconscientemente nos propone esta y otras versiones de Wonder Woman?
Excelente análisis!!! Gracias por sacarnos del estereotipo de «himbres con faldas» a las que trabajamos y decidimos a la par de los hombres.
A la par de los hombres: ¡sin o CON faldas!
Claro, conciso y la investigación le brinda validez a la postura de la escritora. Interesante. Me gustaría leer más artículos escritos por dicha escritora.