Por Enab Soluto*
En términos generales, Mitómana (2010) funciona como un ensayo en torno al rol de la actriz y, por extensión, del cine. Se desarrolla en locaciones no intervenidas en las que personajes se representan a sí mismos en su propio medio, como habíamos visto anteriormente en El pejesapo (2007), cosa aún novedosa en estas latitudes.
La representación como farsa, ¿el cine como estafa? La idea misma del montaje. ¿Quiénes son actores, quiénes personajes y quiénes personas?
Paola Lattus es una actriz en crisis vocacional que emprende un viaje de autoconocimiento en sectores periféricos de la ciudad para exponerse a realidades tan íntimas como sórdidas en busca de redención.
Paola Lattus es una falsa enfermera obsesionada con la idea de ayudar a otros porque no sabe cómo ayudarse a sí misma.
Paola Lattus es un personaje urdido por Adriazola y Sepúlveda para justificar su trabajo e inmiscuirse en realidades ajenas en morbosa impunidad.
Paola Lattus es el producto del voyerismo de Adriazola y Sepúlveda avalado por la estética del cine marginal.
Mitómana es un metarrelato, una película dentro de una película que finge una vida perdida.
Mitómana es un drama aristotélico en cuatro actos que representa el viaje de una antiheroína para encontrarse consigo misma.
Acto primero
Yani es una actriz obsesionada con la verdad. Rechaza el espectáculo, la mentira. Acepta el papel protagónico para una película de la que no sabemos nada precisamente porque estamos dentro de ella. Paola Lattus usurpa el puesto de Yani cuando esta se niega a raparse la cabeza para representar su personaje y no volvemos a saber de ella.
Acto segundo
Alejandro es el falso director de esta película que no existe sino como el planteamiento de un problema filosófico: la pregunta por el cine como representación. Alejandro, en llana adultez, vive con su madre, con quien mantiene una relación incestuosa. Una noche, tras una discusión, Alejandro se va de la casa. En la calle conoce a unos basureros y se queda con ellos. En adelante, el mito sigue su curso sin dirección.
Acto tercero
En su peregrinación, siempre travestida de enfermera, Paola Lattus irrumpe en distintos hogares miserables para ofrecer su ayuda, que siempre es rechazada. Así, conoce a una niña sin nombre que habita una tierra de nadie, sin Dios ni ley, quien le enseña su propia desgracia, el despojo, las balas. La niña le enrostra su origen burgués, cuna de su farsa. La insulta. Actúa mejor que Paola porque ella pertenece ahí.
Acto cuarto
Finalmente, Paola llega a la casa de un pésimo trompetista tuerto que le corta el pelo a ver si así deja de ser tan vanidosa. El resultado de tal ritual es validado por la niña sin nombre: Paola Lattus es ahora también una desposeída y se cierra el relato. Mentira. Con la cámara todo se agranda.
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Película disponible para ver en Centro Arte Alameda Tv
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*Erick Pezoa (Santiago, 1984). Ha escrito prosa, mas no publicado nada. Ha participado de bandas, organización de tocatas y registro audiovisual en el ámbito del mal llamado under santiaguino. Ha hecho afiches y collages. Ha colaborado en la serie de cortometrajes neosituacionistas CUA DRO (entre otros). Actualmente, se desempeña como corrector de estilo para Ediciones Utem y coordinar web en Pantógrafas.