Por Katherine Hoch*
Harley Queen (2019), disponible para ver online en la página del Centro Arte Alameda Tv, es el último documental dirigido y escrito por Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda. Los 100 minutos del largometraje tratan sobre la vida de Carolina Flores, una mujer joven que es stripper e intenta crear una productora con su amigo neonazi y una joven colegiala que aspira ser mayor de edad para entrar a la Escuela de Carabineros de Chile. Escribo Escuela de Carabinero de Chile y me suena raro, pero mejor prosigo. Carolina intenta crear una productora con su amigo neonazi y una joven colegiala.
Ella vive en Bajos de Mena, población situada en la comuna de Puente Alto, Santiago. Vive con su pareja y su hija pequeña en un block de 42 mts2. Bajos de Mena fue construida sobre un vertedero, casi no tiene farmacias, jardines infantiles y pocos liceos. Tiene una población de 140.000 personas para 300 hectáreas. Hacinamiento. Para que puedan comparar: en toda la comuna de Macul viven 112.000 personas para 1.300 hectáreas. Otro dato importante: en 1997 todas las familias que habían postulado a Subsidios habitacionales construidos por grupo Copeva tuvieron que vivir uno de los peores inviernos de su vida. Llegó la lluvia, y con ello, cada block se inundó a más no poder. Fallas estructurales. Todos los complejos habitacionales sufrieron estos daños. Nadie respondió. Hay sitios baldíos que nada tienen que ver con la poesía de T.S Elliot.
Carolina es la protagonista del documental: vemos cómo se desenvuelve en su barrio, en sus clases de pole dance y en su casa. Pareciera tener una relación tensa con su hija pequeña. Carolina no encaja en el rol de lo que estereotípicamente se ha entendido como una madre. Deméter, la diosa griega encargada de los cuidados y la maternidad, vive para los otros. Carolina es más bien como Atenea, diosa griega reconocida por ser una gran estratega y guerrera. Ella idea todos los días qué va a hacer, qué evento pueden armar en la productora, cuál será su siguiente show de striptease.
Carolina pareciera no estar enamorada de su pareja. Esto se ve cuando ella le dice “Yapo, levántate” de un modo brusco y nada afectuoso. Carolina es feminista y va con su pequeña hija a una marcha en Santiago Centro. Lleva un cartel. Dice unas palabras de aliento por megáfono para todas las mujeres que se encuentran ahí, junto a ella.
Todo el documental se construye a partir de un tono trágico y realista. El espectador observa cuando Carolina se maquilla y viste para transformarse en Harley Queen, pero también el espectador participa en una serie de hechos violentos que marcan una pauta de tragedia durante todo el relato. Uno de estos momentos, ocurre cuando vemos que el gato de la protagonista fue envenenado. No sabemos el motivo, ni quién fue, pero Carolina con una vecina conversan sobre la principal sospechosa. Este acto de envenenamiento fue en realidad un acto de venganza.
De manera abrupta, el espectador se entera que Carolina tuvo dos hijos pequeños que murieron en un incendio en uno de los blocks de Bajos de Mena. Para aumentar el tono trágico de este acontecimiento, los directores muestran el archivo audiovisual del noticiero cuando cuentan cómo ocurrió el siniestro incendio. Ahí recién nos enteramos de por qué Carolina, la Harley Queen chilena, carga con tanta rabia y pena. Ahí recién nos enteramos por qué la tensión con su actual marido y en parte, con la hija pequeña de ambos. Faltan dos. Dos ya no están y ese espacio vacío queda suspendido en cada acción nueva que vemos en la pantalla. Todo adquiere otro sentido. Otro peso. El fuego consumió algo importante, imposible de asimilar.
Otro acontecimiento con tintes trágicos, ocurre casi al final del documental, cuando Harley Queen da por terminada su frustrada relación de pareja y se casa con otro hombre. Es en plena celebración cuando llega en estado de ebriedad su ex pareja. “Esto es una farsa, son 14 años” grita desde la calle el hombre panadero. Dentro de la casa, los nuevos marido y mujer celebran su compromiso. Una situación que comenzó con la celebración de los novios, terminó en golpes a su ex pareja. El parabrisas de un auto quedó destruido; no solo el panadero se vio afectado por la furia del nuevo marido de Carolina.
Esta seguidilla de hechos desafortunados, se entremezclan con la cotidianidad del dolor. El habitar caótico de Bajos de Mena, de alguna u otra forma, permea y predispone el actuar de Carolina. Ella es una mujer joven, que hace lo que puede con lo que tiene. Carga con la muerte en la espalda, y a pesar de eso se antepone a sus tragedias. Crea y piensa constantes estrategias para generar dinero. No pierde la energía y prácticamente sola, encuentra la manera de desarrollar una carrera artística de stripper: su personaje de Harley Queen le entrega libertad para jugar a ser otra.
Así, el documental dirigido por la dupla chilena, nos acerca de manera hiperrealista a lo que sería vivir en una de las poblaciones más emblemáticas de la Región Metropolitana. Pero además, nos muestra cómo su personaje femenino principal, utiliza la rabia como catalizador para crear nuevas opciones o mantenerse firme ante lo que pareciera ser una vida de obstáculos dolorosos. Aquí no hay matices, no hay pretensión más que mostrar la cotidianidad, tal cual como acontece.
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* Katherine Hoch (Santiago, 1991). Estudió Letras y Ciencias del Lenguaje. Ha colaborado con reseñas literarias y de cine para El Desconcierto, Somos ruidosas, Loqueleímos y Cine y literatura. Actualmente es editora de contenido y fundadora del colectivo Pantógrafas.